La Cuestión
La Cuestión del Matrimonio Cristiana
Cuando un cristiano está contemplando el matrimonio, debe hacerlo desde el punto de vista de querer agradar a Dios. La primera pregunta que se debe responder es si Dios considera que es lo mejor para una persona en particular que se case o que permanezca soltero. Su plan establecido es que el matrimonio sea un hogar (Mateo:19:4-6), pero tanto Jesús como Pablo dicen que existen excepciones: hay quienes permanecen solteros a causa de su estilo de vida o de su trabajo para el reino (Mateo:19:11,12; 1 Corintios:7:7,8,32-35).
Pero si parece ser la voluntad de Dios que alguien se case, hay otras cosas que también se deben considerar:
¿Cuál es el propósito del matrimonio?
Si observamos el diseño de Dios, vemos que desde el principio, El quiso que dos personas llegaran a ser una sola carne y servir como ayudantes del uno del otro (Génesis:2:20-24).
Pero aún más allá del propósito del matrimonio, ¿Cuál es nuestra principal prioridad como cristianos? La respuesta es obvia: primero y principal necesitamos ser imitadores de Cristo, buscando primero el reino de Dios y Su justicia. Si éstas son nuestras más altas metas, ¿no deberían dictar con quién debemos o no casarnos? ¿Existe alguna razón justificable para que un cristiano se case con alguien que no es seguidor de Cristo? ¿Cómo podemos ser uno con alguien y que sea ayuda sí su base de motivación y su punto de vista del mundo son tan diferentes a los nuestros? Esto no significa que un cristiano es "demasiado bueno" como para casarse con un no cristiano, sino simplemente que si ser como Cristo es nuestra prioridad número uno, todo en nuestra vida debe existir sólo para servir a esa prioridad principal.
En la ley de Moisés, Dios prohibió a los israelitas casarse con gente de las naciones vecinas (Deuteronomio:7:3,4). Claramente afirmó que la razón para esto era que el matrimonio fuera de la fe de ellos traería el peligro de ser alejados de Dios para adorar ídolos. Este peligro también existe para los cristianos. Por la misma naturaleza de nuestra misión sobre la tierra__ enseñar a la gente en cuanto a Jesús__ no debemos separarnos de los incrédulos; pero llegar a ser uno con un incrédulo en matrimonio es una cuestión diferente.
En 2 Corintios:6:14,15,) Pablo nos encomendó que no nos uniéramos en yugo desigual con no creyentes, y como parte de este pensamiento preguntó: ¿"Qué tiene en común un creyente con un incrédulo?"
¿Cuántas veces hablan las Escrituras de la unidad y su primordial importancia en el cuerpo de Cristo? En Juan 17, leemos la oración de Cristo por los discípulos, para que fueran uno, como Jesús y el Padre son uno. El pidió que estuvieran completamente unidos para que el mundo supiera que Dios lo había enviado, y que Dios amaba a los discípulos así como amaba a Jesús.
¿Qué nos dice este ruego?
Nos dice que la unidad es una expresión natural de nuestras vidas en Cristo y un testimonio al mundo del amor de Dios hacia nosotros. Si no podemos ser uno con nuestro cónyuge __ la relación terrenal más importante que tenemos__ desperdiciamos la oportunidad de ser alimentados espiritualmente por esa persona, de ser exhortados a luchar por ser más como Cristo cada día, y de permitirle a Dios que manifieste Su amor por nosotros a través de esa relación.
¿Cómo puede el cristiano elegir para sí mismo tales pérdidas?

Que buena y sana enseñanza, la cual es de suma importancia a considerar en el momento de tomar un compromiso de matrimonio, que no sea en el Señor ya que tiene terribles consecuencias.
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