La Santificación
La Santificación
Hay algunos quienes afirman que Dios nos escogió a nosotros (los cristisnos) por medio de la justificación (la primera obra de la gracia) para la santificación (la segunda obra de la gracia). En otros términos, una persona primeramente es justificada y luego es santificada. Sin embargo, Pablo dijo: ''Dios os ha escogido desde el principio para la salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad'' (2 Tesalonicenses 2:13). Si la santificación del mismo modo viene también el creer la verdad.
El hombre que es recto también es justo. El hace lo que es justo a los ojos de Dios. ''Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justos'' (Romanos 2:13). Juan dijo: ''Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo'' (1 Juan 3:7).
La persona que es santificada es hecha santa, justa y consagrada. Es apartada para los fines santos y consagrados de Él. Dios le ha perdonado y le ha apartado para sus santos propósitos. Cuando fuimos bautizados en Cristo, Dios nos santificó y nos justificó (1 Corintios 6:11).
En realidad, el ser justificado, o obtener el perdón de los pecados, y el ser santificado, o obtener el perdón de los pecados, y el ser santificado se incluyen en el mismo proceso (Hechos 26:18). Cuando uno se hace miembro de la iglesia también se hace hijo de Dios, de la misma manera cuando uno es perdonado a justificado es apartado para el servicio de Dios, lo que quiere decir que es santificado.
¡Qué maravilloso es que nuestros pecados puedan ser perdonados y que podamos ser considerados como parte de la gran obra de Dios en el mundo!
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