ESENCIA DEL CRISTIANISMO

           El Corazón, el Alma, y la Esencia del Cristianismo




En su preucupacón por el evangelismo, cristianos pueden suponer demaciado.  Es fácil suponer que ''todo el mundo'' sabe lo correcto de lo malo, distingue entre el bien y el mal, y conoce la moralidad básica. Tales suposiciones peligrosas engañan deprisa al maestro cristiano. Las repuestas de cristianos a las dos preguntas siguientes son previsibles:  (1) ¿Cuál es la verdad central del cristianismo?  (2) ¿Cuál es el fundamento  del  cristianismo? Cristianos que son bien informados responden:  ''La verdad central del cristianismo es ésta: Jesús fue resucitado de entre los muertos para ser Cristo y Señor (Hechos 2:36). ''Jesús es el fundamento del cristianismo'' (1 Corintios 3:11). No hay otra verdad tan fundamental al cristianismo como ésta.

De estas resúestas los cristianos puedem hacer suposiciones peligrosas. Muchos suponen que cualquiera que reconozca estos hechos entiende el significadoy el mensaje de los hechos. Muchos suponen que sólo la aceptación de estos hechos es conocimiento suficiente acerca de Jesús.

Por causa de estas suposiciones, muchos cristianos hacen tres equivocaciones serias mientras buscan convertir a otros. (1) Gastan su energía y tiempo intentando convertir a la gente para que acepte un sistema religioso en lugar de convertirla al Salvador. (2) Enceñan a los no convertidos acerca de la estructura de la estructura de la iglesia más que del contenido del cristianismo. (3) Trabajan mucho a persudir a otras personas que cambien de religión, pero hacen poco para enseñarles acerca de Jesús.

Todo el cristianismo se basa sobre el hombre nombrado Jesús. No fue un hombre ordinario. Antes de que naciera como niño humano, compartió con Dios el Padre la plena deidad y divinidad  (Juan  1:1-4; Filipenses 2:1-11).  Aunque este Ser divino era instrumento de Dios para la creación del mundo, se hizo comletamente humano.  Tuvo hambre y sed, sufrió y supo toda clase de tribulación y tentación (Hebreos 4:14-16). Sufrió con humildad la aflicción más terrible que Satanás le pudo dar: la tración, el rechazo, el abandono, la injusticia flagrante, los insultos, la muerte la más degadante y cruel que fue posible.

En lo que apareció ser la completa derrota de Jesús y la victoria total de Satanás, Dios selló el destino de Satanás y de toda maldad. Por la sangre inocente de Jesús derramada en la muerte, Dios expió todos los pecados que han sido cometidos y los que serán cometidos (Romanos 3:21-26). Por medio de la sangre ofrecida hasta la muerte del inocente Jesús, el justo Dios pagó el precio de todo pecado. De este modo, obtuvo el derecho de extender perdón perfecto y competo a cada perdón perfecto y completo a cada persona que ponga su fe en jesús.  La muerte del impecable Jesús dejó libre la gracia de Dios - Dios podía ofrecer la misericordia a todo aquel que cree en Jesús el crucificado.

Mediante la muerte de Jesús, el pecado fue derrotado.  Por la resurrección de Jesús, la vida eterna se realizó.  El poder de Dios que resucitó a Jesús es la prueba duradera de que El tiene el poder de cumplir toda promesa.  El poder de resucitar a los muertos declara que Dios puede redimir, justificar, y santificar a cualquiera persona que entre en Jesucristo.

Jesús vivió en la carne, experimentó la vida física, y murió--igual que nosotros -- para que destruyera la esclavitud del pecado y el poder de Satanás (Hebreos 2:14-18).  Por medio de compartir con nuestra experiencia humana, Él se capacitó para ser el Santo Sacerdote perfecto por el cristiano mientras que  sirve delante de Dios en el cielo (Hebreos 8:1,2).  Habiendo sido un humano quien pudo ser tentado, Él nos conoce completamente.  Habiendo sido y siendo divino, conoce perfectamente a Dios.  Con entendimiento perfecto y perspicacia perfecta, nos representa ante el micerdicordioso Dios.  Durante nuestros momentos de la debilidad más grande podemos venir con confianza al trono de gracia de Dios, sabiendo que recibiremos la misericordia. Esa confianza nunca es basada en nuestro propio mérito; siempre se basa en nuestro Sumo Sacerdote perfecto.  En Jesús la esperanza está asegurada de una herencia recervada,indestructible, y eterna que pertenece a los que viven en Él por la fe bajo el poder protector de Dios (1 Pedro 1:3-5).  La resurrección de Jesús convierte esa esperanza viva en una realidad digna de confianza.

El cristianismo no está edificado sobre la iglesia, ni sobre un código de reclas religiosas, ni sobre un sistema de la teología. Está edificada sobre Jesucristo, quien fue crusificado por nuestros pecados y resucitado de entre los muertos.  Solamente el conocim-iento y el entendimiento acerca de Jesús dan sustancia e importancia a la iglesia, a los mandatos, y a la telogía.

Jesús edificó su iglesia, pero Él es el Salvador.  Los salvados son añadidos a la iglesia por Él, pero la iglesia no puede salvar.  Jesús nos dio muchas enseñazas para seguir, pero Él es el Salvador.  En amor y fe, los salvados siguen estas enceñansas, pero la obediencia por sí misma no puede salvar.  Por medio de Jesús, Dios revela la verdad teológica, pero Jesús es el salvador.  Los salvados buscan sin cesar a obtener un entendimiento más claro de la verdad espiritual, pero la exactitud teológica por si misma no puede salvar.

Una persona no puede ser cristiano sin entender a Jesús.  Un cristiano debe conocer a Jesús, escuchar a Jesús, y ser transformado por Jesús.  La fe debe comenzar con el entendimiento de la identidad, las enzeñanzas, la muerte, y la resurrección de Jesús.  Si no fuera así, no sería la fe cristiana y produciría a un cristiano.

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