LA ESPERANZA

                        Jesuscristo Nuestra Esperanza


      Una de las necesidades más grandes del mundo es la esperanza.  Esto es especialmente verdad al mirar las naciones alrededor que constantemente están en guerra y la exitencia de conflictos extendidos, la injusticia, y la operasión por todos lados. Entretanto nos sentimos tristes mientras nuestros familiares, amigos y conocidos están dejando este mundo sucumbiendo a las enfermedades de los años, el debilitamiento, y la muerte. Mientras tanto, el mundo mismo rápidamente está cambiando socialmente y políticamente mientras que los viejos valores están siendo desechados y los morales públicos están cayendo. Durante tales tiempos, nos decimos, ''¡Debe haber algo mejor que esto!'' Necesitamos la esperanza.

          Somos enormemente bienaventurados por tener un Dios de esperanza que nos ofrece promesas maravillosas de buenas cosas las cuales vendrán en el futuro. Es aquel Dios que le dio a Noé esperanza de escapar al diluvio y que cumplió su promesa por salvar a Noé a su familia y los  animales de las aguas destructivas (Hebreos 11:7). El mismo Dios Jehová sembró en Abraham la esperanza de recibir la tierra prometida para sus descendientes lo cual se cumplió cuando Moisés sacó a los Israelista de Egipto y les dio Canaán.

           NUESTRA ESPERANZA ESTÁ EN CRISTO

          Jesucristo es la gran esperanza de la humanidad. Las cosas que él prometió son eternas y, una vez recibidas, nunca fallarán. El ofrece un mejor día venidero. ''Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia'' (2 Pedro 3:13). Allá, el paraíso será restaurado (Apocalipsis 2:7). hombres malvados no existirían para afligirnos (Apocalipsis 22:14,15), no más habrá las enfermedades, el dolor, ni la muerte, y Dios enjugará toda lágrima (Apocalipsis 21:4).

            Nuestra esperanza es que seremos resucitados para entrar en aquella tierra brillante, vestidos en nuevos cuerpos gloriosos e inmortales (1 Corintios 15:44,52-54). Nuestro cuerpo nuevo será transformado para que sea semejante al cuerpo de gloria suya de Cristo (Filipenses 3:21), resplandeciente como el sol en su gloria (Mateo 13:43).

             También esperamos heredar casa nueva en los cielos, porque Jesús nos ha dicho que él ha ido para prepararnos lugar en la casa de su Padre y que vendrá otra vez para llevarnos a vivir allí (Juan 14:1-3). Nuestra esperanza está guardada en los cielos donde nuestros tesoros nos esperan y donde ni la polilla ni el orín corrompen y los ladrones no minan ni hurtan (Mateo 6:19,20). Nuestra esperanza es la vida eterna que Dios, el cual no miente, desde antes del principio de los siglos (Tito 1:2).

              Con tal esperanza que Dios nos asegura por medio del sacrificio de su propio Hijo Jesucristo, nosotros que somos cristianos no tenemos a la mañana porque sabemos que la mañana lleva la promesa de un día mejor.

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