LA TIERRA PROMETIDA
BUSCANDO LA TIERRA PROMETIDA
La emigración es un fenómeno que usualmente viene como consecuencia de cierta crisis, pero de ella hasta hechos heróicos se han realizado. En las Américas figuran como resultados de este movimiento popular La República Oriental del Uruguay y Los Estados Unidos de América. De esta última el presidente John F. Kennedy dijo: "Somos una nación de inmigrantes." Pero no es sólo un hecho de la morenidad; hace siglos los antepasados de los indígenas americanos cruzaron tierras heladas y mares bravos en busca de algo mejor.
Una nueva oportunidad es casi siempre buena, bienvenida y restaurante. Y no es la sencilla nación que " el pasto es más verde al otro lado del alambrado"; es la renovación del ser que anhela reforzarse para iniciar la nueva vida con entisiasmo, esperanza y voluntad para trabajar. Tampoco quiere decir que "estar en un nuevo lugar" va a traer oportunidades para avances rápidos; es una combinación de oportunidad, preparación personal y voluntad de persona que está buscando cómo restablecerse. Hay una historia de un inmigrante europeo que buscaba empleo como chofer de ómnibus, pero tuvo un gran problema personal que le prohibió sacar la libreta necesari---era analfabeto. Resultó que tuvo que contentarse con vender periódicos. Pero ese inmigrante no perdió su visión de una vida mejor, y poco a poco convirtió su humilde negocio en una cadena de librerías que vendían periódicos, revistas y libros en los idiomas español, francés, portugués e inglés. En una ocasión, cuando sus semejantes le estuvieron brindando un homenaje por sus muchos logros, el maestro de seremonias hizo la pregunta retórica, "¿Qué hubiera hecho esta gigantesca figura si hubiese podido leer?" Pero, el agasajado tuvo una inesperada respuesta: "Obviamente, yo hubiera sido un chofer de ómnibus."
Bueno, manejar un ómnibus es un trabajo honrrado y contribuye mucho al bienestar social tanto del residente de la compañia como del residente urbano. El punto no es que un trabajo paga más que el otro; es que aveces podemos hacer aún más con nuestras "limitaciones" que hubiéramos hecho con nuestros "talentos". Pero éstos tienen que ser canalizados en la dirección apropiada con entuciasmo, propósito, esperanza y fe en nosotros mismos y en Dios quien nos creó y nos formó a su imagen. En otras palabras uno tiene que dejar desarrollar la "naturaleza divina" que cada uno tiene y pocos utilizan.
"Por medio de estas cosas nos ha dado sus dado sus promesas, que son muy grandes y de muchos valor, para que por ellas lleguen ustedes a tener parte en la naturaleza de Dios. . ."(2 P. 1:4). "Pero nosotros esperamos el cielo nuevo y la tierra nueva que Dios ha prometido, en los cuales todo será justo y bueno" (2 P. 3:13.---Palabras de San Pedro escritas a los desterrados por causa de la persecución.
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