Repita, por favor

                    REPITA, POR FAVOR


         Una vez un estudiante levantó la mano para pedir una aclaración de cierto punto bastante polémico presentado por catedrático. La respuesta del profesor tue así: "No creo que hayas contemplado bien lo que tú pensaste que te dije cuando me hiciste la pregunta diceñada para que yo respondiera en cierta manera que ni la tecibí ni la repiqué conforme al propósito tuyo, sino según los reglamentos que gobiernan la claridad, la exactitud y la brevedad que tanto se necesitan en este mundo moderno en el cual poco se comunica y menos se entiende." Más tarde el estudiante relató el incidentea un compañero y concluyó: "No sé exactamente lo que dijo, pero lo dijo con mucha fuerza y actuaridad."

            Tales situaciones llaman la atención a ciertas artimañas humanas que suelen convencer sin tener argumento convencedor, explicar sin destallar cuáles son los elementos principales de lo "explicado" e instruir sin presentar en forma lógica los datos que proveen los cimientos fundamentales de la disciplina. A veces la comunicación de ideas está tan cargada de agendas propias y declaraciones sospechosas que lo que se debe pasar de mente a mente con claridad admirable queda nebulosa y difícil de interpretar.

             Una manera de oscurecer o iluminar la lámpara de instrucción es la inflexión de la voz. Gritar o hablar en voz baja son dos maneras de efatizar el punto que se presenta o esconder la debilidad sobre la cual el argumento se desarrolla. En los apuntes preservados del famoso Mark Twain, del tiempo en que él estuvo preparando un discurso público, figuran unas palabras escritas en el margen del manuscrito que revelan todo: "Aquí grite, pues el punto es débil."

              Varios expertos de la comunicación afirman que en un diálogo no hay sólo dos personas, sino seis (cada uno en tres dimensiones). Primero, exiten los dos en la realidad física de carne y hueso. Segundo, existen los conseptos de cada uno respecto a la otra persona; es decir, persona "A" tiene percibe a persona "B," y viceversa. Tercero, persona "A" tiene un auto-concepto, como también lo tiene  la persona "B." Ahora bien, con todos estos factores, complicados por prejuicios, .agendas escondidas, ambiciones, etc., ¿será de veras posible entedernos? Sólo si comenzamos a desarrolar ciertos principios de comprensión. El primero es recibir y aceptar lo dicho como fiel representación de lo intentado. . . . y repita esto continuamente aún si el orador está jugando con la conversación, porque pronto se cansará del juego cuando uno no responda de igual modo.

                "¿Tienen ojos y no ven, y oídos y no oyen?"    Pregunta que hizo Jesús a sus dicípulos en San Marcos 8: 18.

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