¿COOPERACIÓN?

                        ¿COOPERACIÓN?


           Frente a nuestro edificio pasa una vereda que, en años anteriores, era una belleza. Ahora, lastimosamente, sirve como recordatorio típico de las presentes actitudes populares y una falta coordinación entre ciertos organismos oficiales. En todo caso hay una carencia de cooperaración de parte de los usuarios y los oficiales.

           Por un lado, la vereda ha llegado aser un basurero donde los peatones dejan caer cualquier artículo inservible mientras los choferes tiran lo mismo por la ventanilla de su coche. Hace poco, un amigo iba caminado por la vereda cuando pasó una mujer que tiró un papelito. El amigo recuperó lo tirado e informó a la mujer que ella había "perdido" algo. Ella respondió diciendo que ya lo sabía y el papel no servía para nada. Cuando el colega le avisó que tampoco se debía haber tirado el objeto, a la mujer "no lo importó ni un pito" y felizmente dejó que el señor lo llevara al basurero sin que ella siquiera dijera "gracias."

            Por otro lado, durante los últimos dos años, la verdad ha sufrido tres excavaciones bajo la dirección de los oficiales de las entidades que proveen los servicios de agua, luz y gas. En cada oportunidad una zanja abierta impedía el paso por varios días; después, el "relleno" de barro debaja una mancha lodosa que crecía cada vez que un peatón pasaba por la vereda.

            Por suspuesto, comparado con los grandes problemas sociales y económicos, el maltrato de lavereda no parece ser de mucha importancia. Pero manifiesta una actitud indicativa de todos los problemas que siempre aumentan por el descuído. Tal vez ni la persona en la calle ni los servicios públicos puedan hacer mucho en cuanto a los problemas mayores, ¡pero todos pueden hacer algo para mejorar el problema del descuido general de las veredas! ¡Por ellas todos pasamos diariamente! Requiere solamente un poco de esfuerzo extra. Además, cuando la sociedad está sensibilizada repecto a estos problemas de menos importancia, ganará fuerzas para atacar y resolver los más grandes e importantes.

             Uno de los más sensibilizados en la cuestión de la responsabilidad, tanto la personal como la social, fue el apóstol San Pablo; él escribió estas palabras que manifiestan lo bello de cooperar los unos con los otros: "Ayúdence entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley Cristo. . . .Cada uno debe juzgar su propia conducta, y si ha de sentirse satisfecho, que lo sea respecto de sí mismo y no respecto de los demás. Pues, cada uno tiene que llevar su propia carga" (Ga. 6:2,4,5).

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