Bondad

 


Bondad 



La palabra traducida “bondad” en Gálatas 5:22 es agathosune. Esta palabra se deriva del adjetivo agathos, que  “describe aquello que, siendo bueno en su carácter o constitución, es beneficioso en sus efectos”. Aunque agathosune tiene mucho en común con crestotes (traducido “benignidad” en Gálatas 5:22), se diferencia fundamentalmente en su naturaleza enérgica y celosa para producir el bien deseado. 


Según William Barclay, agathosune es la palabra más amplia para bondad; se define como “virtud equipada en todo aspecto”. ¿Cuál es la diferencia? Agathosune pudiera, y puede, reprender y disciplinar; mientras que crestotes  (Benignidad) solamente puede ayudar. 


El Obispo de Dublín del siglo XIX, R.C. Trench, dice que Jesús mostró agathosune cuando purificó el templo y expulsó a quienes lo estaban convirtiendo en un mercado; pero mostró crestotes cuando fue benigno con la mujer pecadora que ungió sus pies.


Se puede encontrar esta idea en Romanos 15:14, donde Pablo dijo que los hermanos en Roma estaban “llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros”. Los hermanos en Roma podían (y debían) amonestarse entre ellos porque estaban llenos de bondad. 


Por tanto, mientras que crestotes (traducido comúnmente como “benignidad”) solamente puede dar comida al hambriento, agua al sediento o abrigo al desnudo (Mateo 25:34-36). 


En cambio agathosune (traducido comúnmente como “bondad”) también puede:

  • reprender al pecador (Efesios 5:11; 1 Timoteo 5:20), 

  • juzgar la impenitencia (1 Corintios 5:3), 

  • exhortar al oyente (2 Timoteo 4:2), 

  • reprender con toda autoridad (Tito 2:15), 

  • amonestar al desordenado y divisionista (1 Tesalonicenses 5:14; Tito 3:10), 

  • corregir a los opositores (2 Timoteo 2:25) 

  • e incluso castigar al rebelde (Apocalipsis 3:19). 


Agathosune no brinda comida al hambriento, que vive así debido a su pereza con el fin que la necesidad le estimulen a trabajar sosegadamente (2 Tesalonicenses 3:10,12). No da la bienvenida al que porta una falsa enseñanza con el fin que el desprecio pueda regresarle al buen camino (2 Juan 9-11). No brinda comunión al inmoral con el fin que la separación y la vergüenza le guíen al arrepentimiento (1 Corintios 5:5-13). En este sentido, la bondad cristiana no solamente puede servirse de la benignidad para lograr el beneficio del prójimo, sino también de la firmeza, la inflexibilidad e incluso la severidad.


Dios es la fuente de la Bondad. Y cómo tal no actuaría en ningún aspecto que obre con maldad. Santiago escribió: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” (1:17).  Por lo tanto un cristiano debe practicar con justicia la Bondad de Dios como fruto del Espíritu.


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