Benignidad

 


Benignidad



Ciertamente benignidad es una palabra que no utilizamos con frecuencia en nuestro léxico cotidiano. Por otro lado, cuando la escuchamos solemos relacionarla con la Bondad. Pero la Benignidad  se distingue de ésta porque la benignidad tiene más que ver con el “Ser” que con el “hacer”. 


La palabra griega para benignidad es “Crestotes” y en el Nuevo Testamento además aparece 60 veces en la versión Reina-Valera 1960. Aunque en otras versiones la traducen también como Bondad. 


Quizás un buen pasaje para ayudarnos a comprender la benignidad es Lucas 6: 35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y



haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. 


En este pasaje vemos lo siguiente: El “ser de Dios” benigno incluso para con los ingratos y los hombres malos. Segundo: La benignidad significa: “amar y hacer el bien incluso con nuestros enemigos”


Pablo dijo en Efesios, 4:32. “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Entonces es evidente que la benignidad también debe ser practicada entre los miembros de la iglesia, y aún más ayudarles sin esperar nada a cambio. 


Otro ejemplo que pone la benignidad en práctica más clara es quizás la del buen samaritano en Lucas 10: 30 al 35. En donde un hombre samaritano (rechazado etnicamente por un judío) tiene más amor al prójimo que aquellos que decian ser muy devotos como el levita y el sacerdote. En este relato, su amabilidad no solo fue ayudarle con sus heridas, sino que pagó incluso hasta el hospedaje y todos los posibles gastos adicionales. 


¿Cuándo fue la última vez que no solo oro por un necesitado, sino que le ayudó? ¿Cuando estuvo al tanto de un enfermo que no era su familia? ¿Cuando dio pan al hambriento? La benignidad tal como la vemos en la Biblia es una especie de bondad que no solo se aflige por los demás sino que también tiene un costo, un precio un valor, como lo fue la responsabilidad que acepto el buen samaritano de cuidar del herido y pagar por él sus gastos.


¿Te gustaría que alguien practique ser benigno contigo? ¿Lo has hecho con otro? ¿Qué necesitamos hacer? La Benignidad es una virtud que se está olvidando de a poco incluso entre aquellos que dicen ser muy religiosos. Sin embargo, es posible ponerla en practica como una virtud del Fruto del Espíritu Santo. 


¡Dios le bendiga!


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