PERO, YO SOY JOVEN

      PERO, YO SOY JOVEN


  La juventud tiene dimensión fresca, productiva y alegre: esta es una edad de idealismo, destino, propósito y mucha esperanza.  Todas estas cualidades de la vida son muy importantes y necesarias para impulsar a las futuras generaciones hacia nuevas hazañas y conquistas, elementos imprescindibles para el desarrollo sano de la raza humana.  Entonces, al joven se le debe dar mucho y del joven se debe esperar la respuesta correspondiente.

   Sin embargo, por ciertas razones no tan fáciles de explicar, la misma fuerza, característica de la juventud, rara vez se ha dedicado a los llamamientos nobles; en cambio, se ha utilizado como excusa para escapar de la responsabilidad.  El refrán ya anticuado "pero, yo soy joven" se presenta como una justificación para el descuido de las tareas que sólo pueden cumplirse con la energía que yace en los que están comenzando sus vidas en el mundo adulto.  Ser principiante no excusa a nadie del trabajo que le espera.  ¡Antes bien, le acusa de traicionar los dones con los cuales los jóvenes están dotados!.

   ¿Para qué se utilizan las energías juveniles? 

A nosotros (fuimos jóvenes hace poco) nos llama la atención el ambiente competitivo:  Las escuelas, el deporte, la moda, el entrenamiento y la llamada "popularidad" han tenido gran éxito en sembrar y cultivar las semillas de rivalidad entre todos, especialmente los que tienen menos de 30 años de edad.

Mientras la competición tiene su lugar en el proceso de alcanzar unos niveles más altos, cuando ésta vuelve a dominar nuestros pensamientos, como si no existiera otra preocupación en la vida, entonces es hora de frenar estos impulsos.  Es interesante examinar el porqué de la dedicación juvenil a este concepto que mayormente no deja un legado de beneficio duradero a quienes lo persiguen.  Parece ser un fenómeno de la ilusión juvenil que pide mucho y devuelve muy poco.

   ¿Cuántos llegan a ser astros deportivos?

¿Cuántos llegan a ser ídolos cinematográficos?

¿Cuántas señoritas llegan a ser codiciadas modelos?

¿Cuántas personas alcanzan una prominencia en cualquier vanidad ilusoria?

    Un entrenador del Norte, Vicente Lombardi, dijo:  "Ganar un partido de fútbol no es sólo una cosa buena, ¡es la única  cosa buena!" ¡Pobre de él!   Si tener satisfacción en la vida depende del triunfo de mi cuadro, estoy poniéndome a la disposición de mucha tristeza.

    En contraste, ¿qué le parece una vida triunfante en vez de momentos pasajeros de alegría vacía?

Jesús la ofrece a todos, sin discriminación.  Tal vida puede y debe gozarse por todos de toda edad, pero especialmente por los jóvenes.  "Diviértete, joven, ahora que estás lleno de vida" (Eclesiastés:11:9)

GAUDEAMUS IGITUR, JUVENES  DUN SUMUS. 

Alegrémonos, pues, mientras somos jóvenes. 

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